La preservación de la fertilidad femenina es la aplicación de técnicas que permiten postergar el momento de ser madre a aquellas mujeres que así lo desean, o que atraviesan enfermedades que pueden comprometer su salud reproductiva, como es el caso del cáncer.
Como consecuencia de los múltiples avances en los tratamientos oncológicos, hoy en día la supervivencia de pacientes jóvenes con cáncer ha aumentado sustancialmente, superando con frecuencia el 90%. Sin embargo, los tratamientos del cáncer como la quimioterapia a menudo suponen una amenaza para la fertilidad femenina.
La quimioterapia, la radioterapia e incluso la cirugía pueden provocar daños en la fertilidad, pudiendo incluso causar la esterilidad en la mujer. Por ello, las técnicas de reproducción asistida son una herramienta muy útil en oncología, para poder preservar la fertilidad de aquellas mujeres que van a someterse a algunos de estos tratamientos.
Técnicas para lograr la preservación de la fertilidad femenina tras la quimioterapia
El objetivo principal es obtener el mayor número de ovocitos, en el menor tiempo y con la mayor seguridad posible.
- Vitrificación de embriones: es una técnica que requiere individualizar cada caso, y que está dirigida a aquellas pacientes con pareja. Tras la estimulación de la ovulación se extraen los óvulos, se fertilizan y los embriones generados se congelan de una forma rápida mediante la vitrificación. Una vez superada la enfermedad, cuando la paciente desea quedarse embarazada, se desvitrifican los embriones y se transfieren al útero materno.
- Vitrificación de ovocitos: es la principal técnica de elección para la preservación de la fertilidad. Recientemente, se realiza con protocolos de estimulación de inicio aleatorio complementados con medicamentos que limitan la exposición al estrógeno (inhibidores de la aromatasa y tamoxifeno), y está dirigida a mujeres con y sin pareja. Consiste en vitrificar directamente los ovocitos y, una vez curada la enfermedad, desvitrificar los óvulos y fertilizarlos con el semen de la pareja, si en ese momento la tiene, o con el semen de un donante.
La vitrificación de ovocitos es hoy en día una técnica muy conseguida con excelentes resultados, utilizada con éxito también por mujeres que desean la preservación de su fertilidad por motivos sociales y no médicos. - Congelación de la corteza ovárica y otras opciones: en ocasiones, la vitrificación no es posible por falta de tiempo o porque la estimulación de la ovulación haya sido negativa para la evolución del cáncer (cánceres hormono-dependientes) o en los casos de niñas prepúberes. En estos casos se puede congelar directamente la corteza ovárica para su criopreservación y posterior reimplantatación. La función del tejido se recupera en un 95% de los casos. La gestación se puede conseguir de forma espontánea o mediante FIV. En nuestro país se sigue considerando una técnica experimental. También se ha intentado la preservación de la fertilidad femenina frente a la quimioterapia mediante la maduración de los ovocitos en laboratorio a partir la corteza ovárica criopreservada. Esto se denomina maduración in vitro. El problema es que en sus inicios se informó de un aumento de las anomalías del huso meiótico y del cromosoma en los ovocitos. Sin embargo, hay evidencia que estas son similares en ovocitos maduros, tanto in vivo como in vitro.
- Transposición ovárica: es un procedimiento, llamado pexia ovárica, que consiste en cambiar el ovario de posición y fijarlo en otro sitio para que no le afecte tanto la radioterapia en aquellos casos que se necesita radiar la pelvis. Se considera hoy en día una técnica experimental.
- Quimioprevención: es el uso de terapia hormonal (agonista/antagonista de GNRH) para proteger el ovario durante la quimioterapia o radioterapia.
En el caso de los hombres, la preservación de la fertilidad masculina ante el cáncer es la más sencilla: la congelación de semen permite muy buenos resultados años después del tratamiento oncológico.
Quimioterapia y fertilidad femenina: un abordaje multidisciplinar
Todo lo expuesto enfatiza la idea de que el cáncer es un problema que requiere un abordaje multidisciplinar y que, por tanto, requiere de la intervención de distintos especialistas. Especialmente, en pacientes jóvenes, la cooperación de profesionales dedicados a la reproducción asistida parece ser fundamental.