Cuando las circunstancias nos llevan a comunicar a otros nuestros problemas de infertilidad, no siempre estamos correctamente preparados para afrontarlo. Y es que, en numerosas ocasiones, este proceso genera un aumento de la ansiedad. Pero mantenerlo en secreto a la larga mantiene un elevado nivel de estrés que, sin darnos cuenta, normalizamos. ¿Cuál es la mejor manera de abordarlo?
A veces, validar las emociones en la infertilidad puede ser extraordinariamente positivo. Encontrar el valor para compartir una situación difícil a menudo nos fortalece emocionalmente, además de permitirnos rodearnos de personas que pueden ser un gran apoyo en determinados momentos.
Pero tampoco debemos sentirnos obligados a contar nuestros problemas de infertilidad por el hecho de que se trate de un familiar o de un buen amigo, que, aunque en otros ámbitos sea de gran ayuda, quizá no lo consideres así en este caso.