La Microinyección Espermática Intracitoplasmática (ICSI) ha supuesto un gran avance respecto a la fecundación in vitro convencional. Con una tecnología más compleja, la ICSI permite lograr altas tasas de fecundación incluso en los casos en los que se trabaja con muestras de semen de baja calidad, con las que en condiciones normales no sería posible realizar una FIV convencional.
¿Qué es una ICSI?
La Microinyección Espermática o ICSI es la inyección de un único espermatozoide dentro del citoplasma del óvulo. A diferencia de una fecundación in vitro convencional, en la que se ponen en contacto unos 25.000 espermatozoides por cada ovocito dejando que la fertilización se produzca por sí misma, en la ICSI el biólogo introduce (inyecta) dentro del ovocito un solo espermatozoide vivo, previamente seleccionado de la muestra de semen.
Para ello, los biólogos hacen uso de un microscopio dotado con un equipo de micromanipulación. Las pautas de tratamiento e incubación son las mismas que en un proceso de FIV convencional; la única variante es que el proceso de laboratorio es más complejo y precisa una tecnología más sofisticada.
Esta técnica supone un gran avance respecto a la fecundación in vitro convencional ya que permite lograr altas tasas de fecundación incluso en los casos en los que se trabaja con muestras de semen de baja calidad, con las que no sería posible realizar una fecundación in vitro convencional.
¿Cuándo y para quién está indicada?
La ICSI está especialmente indicada en los casos de esterilidad conyugal de origen masculino. Cualquier varón, por escaso que sea su número de espermatozoides (incluyendo a varones azoospérmicos donde los espermatozoides se han podido recuperar del testículo), es candidato a este procedimiento

Ventajas que presenta una ICSI
La principal ventaja de esta técnica es que se obtienen tasas de fertilización de los óvulos más altas que con la fecundación in vitro convencional.
Al ser necesario tan sólo un espermatozoide vivo para cada ovocito, esta técnica, a diferencia de la anterior, cuenta con la ventaja de que se puede realizar con muestras de semen de baja calidad.
¿Cómo se realiza una ICSI?
El proceso sigue los mismos pasos que una FIV convencional. Es decir, que las pautas de tratamiento y de incubación son las mismas, con incubadores de última generación con tecnología time-lapse, como Embryoscope. La única diferencia es que la fase de laboratorio es más compleja y requiere de una tecnología más sofisticada.
Por ejemplo, en la ICSI los biólogos hacen uso de un microscopio dotado con un equipo de micromanipulación que permite realizar la microinyección del espermatozoide en el ovocito.
Sigue leyendo si te interesa saber cómo se lleva a cabo una FIV.
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