A pesar de la gran cantidad de información hoy en día, todavía son muchas los mitos sobre la fertilidad de una pareja, muchas veces a causa del desconocimiento o de afirmaciones que no son ciertas, pero que se han aceptado como verdaderas. Una desinformación que puede llegar a afectar incluso al proyecto reproductivo de muchas personas.
Por ejemplo, según el último estudio «Conocimiento y hábitos de fertilidad de las mujeres» elaborado por Ginefiv, sólo el 15% de las mujeres sabe que quedarse embarazada después de los 35 años no es una tarea fácil. Sin embargo, la fertilidad humana tiene unas tasas muy bajas, y en mujeres mayores de 35 años, además, aumenta progresivamente las tasas de aborto espontáneo mientras que disminuye la fertilidad. Nos detenemos hoy, por tanto, en 10 de estas falsas creencias sobre la fertilidad, para conocer por qué son erróneas.
1. «Si tengo la menstruación normal, significa que soy fértil»
El primero de los mitos de la fertilidad: es falso que tener la menstruación implique necesariamente ser fértil, ya que pueden existir problemas de fertilidad a pesar de tener el periodo. Tampoco el hecho de que las revisiones habituales sean normales es determinante para conocer la fertilidad femenina. Además, no todos los ciclos son ovulatorios y es importante tener también en cuenta que la edad para ser madre comienza a llegar a su límite a los 45 años, ya que la reserva ovárica de la mujer está prácticamente agotada.
2. «Si he tenido hijos anteriormente, no tendré problemas para tener más»
Es un mito de la fertilidad que haber tenido hijos garantice la fertilidad posterior. Existen dos tipos de infertilidad: la primaria, que se da en parejas que tras un año de relaciones sexuales frecuentes no logran el embarazo; y la secundaria, que afecta a las parejas que ya tuvieron un hijo pero que después desarrollan problemas reproductivos.
3. Una vez que se deja de tomar la píldora es muy fácil conseguir el embarazo
Es uno de los mitos sobre cómo quedarse embarazada. Dependiendo del tiempo que se ha tomado la píldora, hay mujeres que vuelven a ovular en seguida y hay otras muchas que tras años de anticonceptivo oral podría presentar un largo periodo de amenorrea (ausencia de regla) con esterilidad de origen ovulatoria. En estos casos, si después de tres meses no aparece la menstruación, es recomendable acudir al ginecólogo en caso de deseo de embarazo.
4. «Hoy en día es fácil quedarse embarazada después de los 40 años»
Desafortunadamente, esta afirmación también es un mito sobre cuándo quedarse embarazada. Aunque el estado general de una mujer a los 40 años ha cambiado mucho con respecto al pasado, la edad y el envejecimiento ovárico no lo han hecho. Los recientes casos de embarazos exitosos en la edad avanzada han creado el falso mito de que es fácil conseguir un embarazo hasta los 50 años. Algo que en realidad es posible, pero con técnicas de ovodonación, que permiten lograr una alta tasa de embarazo utilizando óvulos de donantes.
5. «La edad solo influye en la fertilidad de las mujeres»
Otro mito sobre la fertilidad que es falso, pues la fertilidad femenina se reduce significativamente al cumplir los 35 años, pero también la edad afecta a la calidad de los espermatozoides. Con los años, la calidad espermática puede cambiar y empeorar a causa de factores como el sobrepeso, la obesidad, el tabaco, el alcohol o la falta de vitaminas en la dieta; por tanto, esta afirmación no es correcta.
Ya a los 42 años es extremadamente reducida la posibilidad de embarazo con óvulos propios, incluso con técnicas de fecundación in vitro. Además, muchas mujeres subestiman la alta tasa de aborto y de anomalías cromosómicas asociadas a esta edad. Siendo hoy en día inevitable retrasar la maternidad por razones laborables o personales, es necesario resaltar la importancia de congelar los óvulos, a ser posible antes de los 35 años, momento en que la fertilidad desciende más notablemente.
6. «La infertilidad podría ser hereditaria»
También es falso que la infertilidad sea hereditaria. Existen enfermedades genéticas que condicionan la capacidad de tener hijos, pero el hecho de que no haya casos diagnosticados de infertilidad en la familia no excluye la posibilidad para el resto de los miembros.
7. «Las parejas que buscan un embarazo deben esperar por lo menos un año antes de buscar consejo médico»
La recomendación sobre el tiempo de espera antes de acudir al especialista está muy ligada a la edad de la mujer. Así, una mujer con menos de 30 años podrá esperar los 12 meses recomendados antes de consultar con un especialista en caso de no conseguir un embarazo, pero una mujer que tenga ya más de 34-35 años tendría que acudir a un especialista tras seis meses de intentos fallidos, con el fin de realizar un estudio que descarte la presencia de una causa de esterilidad masculina o femenina.
8. «Mantener relaciones sexuales todos los días optimiza las posibilidades de embarazo»
Mientras que el varón es potencialmente fértil siempre, la mujer tiene una ventana de fertilidad reducida de unos días, durante los cuales no es necesario mantener relaciones todos los días: con mantenerlas a días alternos es suficiente. Además, es importante ajustar esta ventana de fertilidad a la duración del ciclo menstrual ya que, en ciclos cortos, el día de la ovulación no corresponde exactamente día 13.º-14.º.
9. Un largo periodo de abstinencia sexual garantiza una mejor calidad espermática
Otro mito de la fertilidad. Para que el semen no vea afectada su calidad y su capacidad de fecundar se recomienda una abstinencia sexual de entre 2-4 días, y en algunos casos, como grandes fumadores y obesos, es deseable una abstinencia incluso menor, de manera que la posible fragmentación del ADN espermático se reduzca notablemente y mejoren las posibilidades de fertilización.
10. Determinadas posturas durante las relaciones sexuales pueden aumentar las posibilidades de embarazo
Este es un mito de la fertilidad muy extendido. Realmente no hay posturas que favorezcan una gestación en mayor medida que otras, como tampoco que determinen el sexo del bebe. No sirve tampoco, como a menudo se afirma, levantar las piernas después de la relación sexual.