El desarrollo embrionario en el laboratorio de FIV

Publicado el 13/09/2021

Una de las principales incertidumbres a las que se enfrentan los pacientes que se someten a un tratamiento de fecundación in vitro, y que les genera mayor estrés, es precisamente ¿qué ocurre dentro del laboratorio de fiv en los días que van desde la punción ovárica hasta la transferencia de los embriones al útero materno?

Durante estos días, existe un intenso trabajo de los embriólogos en el laboratorio, cuyo objetivo es la fecundación de los ovocitos obtenidos en la punción y la posterior evaluación del desarrollo embrionario para la selección del mejor o los mejores embriones para lograr la gestación de la manera más rápida posible.

El día de la punción marca lo que llamamos Día 0 en el laboratorio; es el día en que se obtienen los ovocitos con los que se va a trabajar. Este día se realiza la fecundación de los ovocitos obtenidos. Para ello existen dos técnicas fundamentales: la fecundación in vitro o FIV convencional y la microinjección espermática o ICSI. La decisión de que técnica se va a aplicar depende de la valoración que se haga en el laboratorio del estado de ambos gametos (masculino y femenino). Existen diferentes tipos de FIV.

El desarrollo embrionario, día a día

Día 1

En este día se valora si la fecundación de los ovocitos ha sido correcta o no. Durante estas primeras horas, la información genética de ambos gametos (espermatozoide y ovocito) se reorganiza formando los denominados pronúcleos materno y paterno, hecho que se puede visualizar con un microscopio entre las 16 y las 19 horas posfecundación. Tras la aparición de los pronúcleos y hasta la primera división celular, el embrión se denomina cigoto.

Imagen1

Embrión fecundado con dos pronúcleos

 

Días 2 y 3

En estos días el cigoto comenzará las divisiones celulares. En función del ritmo de división celular, del número de células en cada momento y de otros parámetros morfológicos, se irá evaluando la calidad de todos los embriones. Puesto que no todos los embriones serán capaces de desarrollarse correctamente, se hace necesario un buen control del desarrollo embrionario para seleccionar los mejores para transferir al útero materno. Para ello, en el laboratorio de Ginefiv, se siguen las directrices marcadas por la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR).

Imagen2 Día 2: Cuatro células            Imagen3  Día 3. Ocho células

 

Día 4

Entre el tercer y cuarto día se produce un hecho tremendamente importante en el embrión: se activa su material genético, de forma que continúa aumentando el número de células al mismo tiempo que van estableciéndose uniones entre ellas; un fenómeno conocido como compactación celular. Este proceso determina un nuevo estadio embrionario: la mórula. La formación de la mórula, con la consiguiente compactación celular, es un proceso indispensable para que ocurra el siguiente paso en el desarrollo del embrión: la formación del blastocisto.

Imagen4 Mórula sin compactar

 

Días 5 y 6

Si todo va bien, entre el quinto y sexto día de desarrollo, el embrión debe alcanzar el estadio de blastocisto, que es el estadio inmediatamente anterior a la implantación en el útero de la madre. Las conexiones que se establecen entre las células gracias a la compactación celular les permiten, no solo seguir diviendiendose, sino además comunicarse entre ellas para establecer dos grupos celulares que darán lugar a las dos estructuras principales del blastocisto: la masa celular interna y el trofoectodermo. Las células del trofoectodermo se situaran en la periferia del embrión formando una gran esfera, dentro de la cual y unidas a estas, se desarrollaran las células pertenecientes a la masa celular interna.

Imagen6 Blastocisto expandido

 

Mientras que el trofoectodermo tiene un papel fundamental en la implantación del embrión dentro del endometrio uterino, la masa celular interna dará lugar al futuro bebe.

Aunque es cierto que hoy en día se siguen haciendo transferencias en día 3 de desarrollo embrionario, cada vez más se está apostando por el cultivo largo, cultivo secuencial o cultivo a blastocisto. El objetivo de esta técnica es precisamente asegurar la formación del blastocisto que, como hemos dicho, es un paso fundamental para la siguiente etapa, la implantación, además de aportar más información sobre el desarrollo embrionario y por tanto permitir una mejor selección del embrión o embriones a transferir.

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Durante todos estos días existe un estrecho contacto entre embriólogos y pacientes con el fin de proporcionar toda la información disponible acerca del desarrollo de sus embriones y, en definitiva, para intentar minimizar al máximo el estrés existente en los pacientes.